ORCAS ¿QUIÉN ES EL ASESINO?


Las orcas son mal llamadas ballenas asesinas. Pero ni son ballenas ni son asesinas. Son delfínidos y no han provocado nunca jamás un ataque a humanos en estado salvaje. Tan sólo provocan muchos sustos las orcas cautivas, víctimas de la condena de la privación de libertad, arrancadas de su grupo familiar, sin posibilidad de desplazarse, como a ellas les gusta, miles de millas en las aguas infinitas del océano ni de sumergirse en sus abismos llenos de diversas formas de vida, sin la posibilidad de desfogar sus energías con la caza y el juego… víctimas del estrés, condenadas a vivir de por vida entre las cuatro paredes lisas de una piscina de agua aclarada químicamente en la que tan sólo pueden dar vueltas sobre sí mismas y hacer numeritos absurdos y antinaturales para conseguir comida mientras los primates humanos vociferan a su alrededor. ¿Acaso tenemos el derecho a preguntarnos si es un comportamiento extraño o violento el que ha protagonizado una orca el otro día? ¿Acaso tenemos el derecho a preguntarnos, ante tal situación, si las orcas son agresivas?
El miércoles, sucedió de nuevo. Una orca mató a una entrenadora en el acuario SeaWorld de Orlando, Florida. La orca era un macho llamado Tilikum, que hace 11 años debió matar a un hombre que se coló en la piscina por la noche y hace 19 años había ahogado a otra entrenadora en otro acuario de Canadá. Y es que Tilikum lleva cautivo desde hace 26 años y 3 meses… toda una condena desde que fue capturado en el océano, en Islandia, donde vivía libre con su familia. Una condena que, trasladada al punto de vista humano, sería psicológicamente insoportable.
Hace un par de meses, una orca mató a un entrenador en el Loro Park de Tenerife. Lo ahogó. En 2006 otro entrenador fue retenido bajo el agua por una orca y mordido en el acuario de San Diego. Este logró escapar, pero ya había tenido un par de accidentes parecidos antes. En 2004, en San Antonio, otra orca atacó a un entrenador que también logró escapar. En 1991 una entrenadora fue ahogada por una orca. Otros han tenido graves fracturas y lesiones en todo el cuerpo. Son innumerables los casos recogidos. Sólo salen a la luz los que suceden en un espectáculo o terminan en tragedia. Pero hay muchos más. Las orcas no pueden soportar su situación y, a veces, a pesar de su equilibrio, tienen arrebatos. En ocasiones se autolesionan hasta la muerte.

¿Os habéis fijado en la impresionante aleta dorsal, característica, de los machos de orca salvajes? esta aleta triangular corta las aguas y mide hasta 2 metros: Fijáos ahora en la aleta dorsal de una orca cautiva:

HISTORIA DE LAS ORCAS EN CAUTIVIDAD.

La historia de las orcas en prisión es uno más de esos ejemplos del aberrante comportamiento del ser humano desde que comenzó su persecución compulsiva del dinero. En 1962, Marineland del Pacífico intentó capturar una orca con una red. La orca se enredó, defendiéndose de los hombres, estos se asustaron y se la cargaron a tiros. Un par de años después de aquél absurdo asesinato, el Acuario de Vancouver quería poner una réplica de una orca en su hall. Para ello, aunque parezca imposible de creer, quería quitarle la vida a una orca que pudieran usar como modelo. El caso es que colocaron un tremendo arpón en un acantilado sobre un lugar por donde las orcas pasaban felices en grandes grupos. Le tocó a una pobre que fue atravesada con aquella flecha de muerte.
Sobrevivió gracias a que otras orcas de su grupo familiar acudieron rápidamente en su ayuda para mantenerla en superficie y que pudiese respirar. Pero llegaron los hombres y la remolcaron. Por mucho que la pobre orca luchó, no pudo irse. Fue remolcada durante 16 interminables horas. La llamaron Moby Doll. No quería comer, se alejaba de la gente y no se mostró nunca agresiva. Sobrevivió así, sin comer, 2 meses, hasta que empezó a comer y lo hacía incluso de la mano de sus captores. Pero un mes después se negó a comer más, nadó unos minutos, resopló para vaciar sus pulmones, se sumergió y se dejó morir. Lejos de sensibilizar a los cafres, les abrió sus ojos de codiciosos: podían tener orcas cautivas; no eran tan fieras como las habían pintado. Arponeada, remolcada, arrancada de su familia, torturada hasta puntos insospechados, ¡aún así se mostró noble!. ¡Dinero! ¡Había que ir a por más orcas!.Al año siguiente, tuvieron su recompensa de forma inesperada: dos orcas se encontraron con una red en Namu, Columbia Británica, y fueron a la deriva, sobreviviendo hasta llegar cerca de costa. Allí fueron encontradas y capturadas en vez de liberadas; una de las orcas, que eran dos hermanos, afortunadamente, escapó. Ay, si supiese de la terrible condena de la que se libró. Mientras su hermano estaba preso, tres orcas esperaban cerca en todo momento y, cada mañana, venía un gran grupo de orcas para visitarle, para esperarle, para ver cómo se encontraba. Esta foto es de entonces:Pero fue remolcado 700 km. Todo el grupo de ballenas siguió a su compañero y hermano durante un largo viaje hasta que desaparecieron, resignadas. Nunca más volvieron a aparecer las orcas en aquél lugar de Vancouver. ¿Qué maldito animal es ése que nos tortura? ¿Qué maldito animal es ése que nos condena aunque nosotras las orcas no pretendemos hacerle ningún daño? Aquella orca fue condenada y bautizada como Namu y le enseñaron a hacer payasadas para el público convirtiéndose en un lucrativo y bochornoso negocio para algunos. Y no creáis que aprendía por gusto: bastaba con que recibiera los pescados muertos que le daban para comer solamente si hacía lo que se le pedía. Así, filmaron una película. Aunque los delfines y las orcas parecen felices cuando saltan por su sonrisa facial permanente, hay que pensar un poco: ellos no pueden gesticular con la boca; esa eterna sonrisa no es tal ¡incluso cuando mueren conservan esa sonrisa!. Nuestra percepción instintiva de los gestos humanos nos hace ver subconscientemente que son felices; pero no es así… ¡ni muchísimo menos!. ¡¿Cómo podrían ser felices?!
En esta foto, orcas felices en libertad:
El resto de la vida de Namu se desarrolló entre las paredes de una piscina. La red no le había ahogado pero había muerto en vida. Nunca más volvería a ver el mar donde nació, creció, pescó, jugó y compartió con su familia. No obstante, no soportó largo tiempo aquella condena: murió al año siguiente. Las grabaciones que se hicieron de su voz, se supo después con los estudios científicos, no eran sino llamadas desesperadas a su grupo familiar, el que los biólogos conocieron como Pod C.
Pero su temprana muerte importó poco a los negociantes, que no tenían escrúpulos ni vergüenza. Aquellos cafres montaron a partir de ese momento un lucrativo negocio de captura y venta de orcas. ¡El mito de la orca asesina no era cierto! ¡Son mansas y nobles! ¡A por ellas!. Aquellos tipos las capturaban en libertad y las vendían al SeaWorld, que las compraba gozoso frontándose las manos. Hoy, el SeaWorld vive principalmente de las orcas. Tiene un lucrativo negocio alrededor de ellas y la mayor cantidad de orcas cautivas del mundo.El SeaWorld usa el mismo nombre para diferentes orcas cara al público aunque puertas adentro cada orca tenga su nombre propio. Así ocultan sus muertes, porque, de no hacerlo así, el público que visita estos espectáculos denigrantes se percataría de que las orcas cautivas viven poquísimo tiempo, tal es su desgraciada vida en piscina. Hasta tal punto llega el cinismo de los directivos del SeaWorld, que, cuando en 1989 murió una orca, a la pregunta de si Shamu había muerto, él respondió: “no, Shamu no ha muerto. Una orca interpretando ese papel, lo hizo; pero Shamu sigue viva”. Claro, el “espíritu de Shamu” es lo que está vivo, pero sólo en los bolsillos de los directivos de uno de los parques marinos más grandes del mundo. El nombre de Shamu les reportaba demasiado dinero como para decir que había muerto. Se puso otra orca, se la bautizó como Shamu cara al público, y se sigue recaudando. Hoy día podéis ver por internet fotos de “Shamu” que hacen los turistas que están dando donativos a estos carceleros en cada una de sus visitas a los acuarios, y este “Shamu” no es el “original”, que ya murió hace mucho.
La orca Shamu “original” murió menos de seis años después de su captura por una enfermedad causada por una bacteria debido a la cautividad, aunque eso no se lo decían a su público, evidentemente. Y su nombre se convirtió en una marca para el SeaWorld, como el de otras orcas que han tenido. Años después, como se descubrió que cada grupo familiar de orcas o Pod tiene sus propios códicos sonoros y Shamu había sido grabado, se supo, tristemente, que estaba llamando a su familia y que ésta era el grupo C1, uno de los mejor estudiados de su zona. E incluso se identificó a su madre, que fue la matriarca del grupo hasta que murió en 1995 (el pobre Shamu había muerto 30 años antes que su madre tras sobrevivir un tristísimo cautiverio). Todo indica que la orca C10, Koeye, la actual matriarca, de 32 años, que vive en el océano libre, es su hermana. Todo eso se lo han negado a Shamu. Pero eso a los del SeaWorld les importa un bledo.
Ciento y muchas orcas han muerto a cuenta de estos espectáculos. En los 70 se capturaron muchísimas orcas. Del pod A5 que vive en la Columbia Británica capturaron sin compasión prácticamente toda una generación. Sólo una de ellas ha sobrevivido a la cautividad: Corky II, que está presa en el SeaWorld de San Diego. Algunos de sus hermanos siguen vivos surcando los mares, pescando y jugando en libertad, algo a lo que se vio privada Corky.

¡LIBERAD A WILLY!

Como Tilikum, también en Islandia fue capturada una orca que se llamó Keiko y que todos conocísteis en las películas “Liberad a Willy”. Se la arrancaron a su madre cuando aún era lactante. Fue metida en un acuario de Islandia y de allí pasó a una nueva prisión de cemento en Canadá y luego en México, donde vivió 11 años maltratado. Durante muchísimos años fue, como todas las orcas, el hazmerreír de todos los visitantes mientras actuaba en pos de su alimento. Tras la realización de las películas, se denunciaron las deplorables condiciones en las que vivía y, dado que se había hecho famoso, los admiradores iniciaron una campaña para que se hiciera realidad la película y fuese liberado. Se creó una fundación y los propietarios se vieron obligados a ofrecer la liberación debido a los miles de cartas que recibieron. La propia Warner Bros (que hizo la peli y que ganó más de 100 millones de euros con ella, ¡ojo!), y varias organizaciones así como millones de dólares de donaciones particulares hicieron posible la liberación que nunca debería haber sido necesaria pues nunca debió haber salido del mar que la vio nacer. Los oceanarios y parques marinos hicieron un boicot muy fuerte a la liberación de Keiko. La llevaron, después de un periodo previo de trabajo de readaptación al medio marino, a la bahía donde la habían capturado en Islandia cuando era pequeña. El contacto renovado con el mar la limpió de algunas enfermedades que arrastraba desde hacía años, como todas las orcas cautivas, debido a los terribles traumas emocionales que bajan sus defensas. ¡Al fin sin el ruido del gentío vociferando y riendo, sin la estridencia de la música del show, sin el constante chirrido del silbato que indica cuándo recibir comida por cada ejercicio repetido una y mil veces, fuera de aquél infierno de cemento en el que no podía moverse rápido ni desplazarse como una orca, lejos de la soledad de la piscina de aislamiento… Al fin, después de 23 años. Un grupo de orcas se acercó a verle cuando estaba en el nuevo cercado marino y se comunicaron. Se intentó buscar mediante estudios de ecolocalización y ADN si algún familiar de Keiko sobrevivía en el océano, lo que era probable pero no se sabía dónde.
Muchos se quejaban de la cantidad de dinero que se habían gastado en liberar a un animal; eso es indignante ¡¡mucho menos del que habían ganado quienes le robaron su vida!!. Fue liberada después de largo tiempo, pero al principio tenía problemas de comunicación con sus congéneres habiendo crecido sin ellos. Nadó con otras orcas pero por la tarde regresaba a la bahía. Había crecido arropada por la cautividad. Así que se vio en la necesidad de acercarse a los humanos. No es que no quisiera ser libre como algunos dijeron, sino que no podía comunicarse correctamente ¡no sabía ser libre!. Los humanos se lo habían negado. Emigró a Noruega, volviendo a conocer el sabor de la libertad del océano. Empezó a interaccionar un poco con otras orcas, nadando más de 100 km diarios y sumergiéndose a buenas profundidades para cazar por sí misma. Terminó muriendo de neumonía año y medio después de su liberación. Al menos cabe pensar que vivió lo más feliz posible después de tanta tortura. Los niños de Noruega le dedicaron un monumento al estilo antiguo de los vikingos en la bahía Taknes, donde murió; escribieron sus mensajes de despedida en cada piedra. A veces los adultos tienen que aprender de los niños pues ellos están en el estado primigenio de la inocencia pero también de la humanidad; de la bondad. Quizás Keiko aportó algo al cambio del futuro en la percepción hacia las orcas por parte de los niños de esos dos países claramente asesinos de ballenas como son Islandia y Noruega.
El negocio de los delfines y orcas en cautividad atenta contra la Declaración Universal de los Derechos de los Animales aprobada por la UNESCO al menos en sus artículos 2, 3, 4, 5 y 10.

Cada vez que acudas a un oceanario o parque marino donde tengan cetáceos en cautividad, estarás dando un donativo a la tortura y condena de estos inteligentísimos animales sociales que sólo quieren vivir libres en el océano infinito.

Los cetáceos en cautividad no representan ningún papel educativo para los niños. Los ejercicios a los que se les obliga en los espectáculos son denigrantes, bochornosos y aberrantes, un insulto para su inteligencia y su espíritu de animales libres.
Mientras una orca cautiva tiene un promedio de vida de 6 años, el de una salvaje puede llegar a 60 u 80.


Por David Nieto Maceín.

6 comentarios:

  1. Impresionante artículo!Menudos datos terribles.

    Yo había leído la noticia y me llamaron la atención la gran cantidad de titulares que se referían a la orca como "asesina" o que hablaban del "instinto asesino" de la orca protagonista de esta muerte en el SeaWorld.

    Creo que es imprescindible la educación de los niños, para que se den cuenta de la triste vida que llevan estos animales en los acuarios.

    Un abrazo David!

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  2. Hay muchos humanos que por desgarcia opinan que todo tiene un precio? es simplemnete una inseguridad por no decir un grave problema interno querer obtener beneficios torturando la vida de cualquier ser vivo y encima contarle a los niños que eso es lo normal y que les encanta vivir en una piscina que nada tiene que ver con el oceano teniendo que hacer saltitos a gusto y antojo de sus cuidadores (a los que en libertad no hubieran necesitado jamás para comer) ya que sino no comen, las castigan cuando ahogan a un humano, pero que ignorancia tan terrible... lo que estan cometiendo es un delito, que encima tiene que aplaudirse? y la gente paga porque esta mal informada, poneros en el lugar de cualquier increible odontoceto, musica histrionica, silbidos, castaración de desarrollo de todas las técnicas de supervivencia, pérdida de espacio de aprendizaje, de autosuficiencia, de mobilidad y Menos mal que existen personas como tu, de verdad muchas gracias por tu coherencia, tus datos, tu investigación, tu claridad, tu sinceridad, ojala algun día podamos acabar con estos parques que venden lo contrario de lo que en realidad son: si amas a un animal no lo explotas, si amas a un animal lo respetarás y dejarás que viva tal y com él habría querido no escojer por él ya que si lo haces estarás violando sus derechos y condenadolo auna vida más corta y atormentada!a ver si algun dia cosneguimos que la gente descubra que hay muchas posibilidades de ver animales en su habitat y dejen de pagar a crueles explotadores.

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  3. muy buena nota.
    Lamentablemente lo que viven estas orcas en cautiverio es una desgracia, las condiciones son insalubres, no hay derechos...
    Ojala se puedan liberar a todos los cetaceos en cautiverio.

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  4. Por desgracia el ocio de los humanos sigue primando sobre el derecho de los animales. Como siempre hemos demostrado que nosotros somos las bestias.

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  5. Muy bueno David!!
    http//:www.laisladelosdelfinesandalucia.ning.com

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  6. Tienes razón con el artículo, y completamente de acuerdo conque deberían estar en libertad. Dejo un enlace para que vean ustedes lo que se publicó del informe forense de la autopsia de Alexis Martínez Hernández; y es la realidad del informe de autopsia es aún más dura. SÍ LE ATACÓ Y SÍ LE MORDIÓ,. No fue un simple ahogamiento. Habría que preguntarse porqué siguen permitiendose estos shows estúpidos que a tantas familias tanto animales como humanas hacen sufrir, sólo para el lucro de unos empresarios SIN ESCRÚPLULOS
    http://www.abc.es/20101003/comunidad-canarias/orca-keto-ataco-causo-20101003.html

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