NUESTRAS BASURAS. PARTE 1.


¿Dónde está la diferencia?
Os traemos un “juego de diferencias” sumamente sencillo y un problema a resolver. La lección es que es tan sencillo el descubrir las diferencias entre ambas imágenes como la solución al problema.
En la primera imagen, vergonzosa a todas luces, un contenedor de basura en una zona natural protegida, en España.
En la segunda imagen, un contenedor de residuos en una zona natural, da igual si es protegida o sin proteger, en Suecia. La diferencia estriba solamente en la actitud de las personas. Y en el conocimiento de lo que es desperdicio y lo que es residuo. Las cosas que tiramos son residuos que, al mezclarlos en la basura, se convierten en desperdicios prácticamente inutilizables. Pero, si separamos los residuos, reducimos la cantidad de desperdicios. La acumulación de desperdicios da una imagen horrible, y contamina tierra, aire y agua. Cuando la basura se quema, produce gases tóxicos que son peores aún. Un hogar medio genera al menos un par de cubos de basura semanales, lo que significa 2 toneladas de basura al año. Si la dejásemos en casa, estaríamos enterrados entre basura en descomposición. Pero la tiramos y nos olvidamos del tema. Y resulta que el 80% podría haber sido reciclable. Nos olvidamos sin preocuparnos a dónde va a parar. Cuando se fabrica un kilo de vidrio, se usa más de un kilo de material (arena, caliza, sosa) y mucha energía. Si tiráis a reciclar las botellas y botes de cristal ahorraréis todo ese material y reduciréis mucho la energía a gastar. Se ahorran millones y millones de toneladas de material haciendo esto y ya sabéis el terrible problema que tenemos con el gasto de energía. Todo suma… Siempre que podáis, reutilizad botellas y botes de cristal. Periódicos, revistas, envases de cartón, si los ponéis en el contenedor de reciclaje, bosques enteros se pueden salvar de ser talados. Somos muchas personas en el mundo.En un año, sólo en España, se salvan decenas de millones de árboles gracias a ello, y eso que la mayoría de las personas, no sabemos por qué razón, siguen sin usar los contenedores de reciclaje. Imagináos si todos reciclasen: se notaría mucho la diferencia. Además, reciclando el papel, se evita la contaminación (durante el proceso de fabricación) de cientos de millones de metros cúbicos de agua y un gasto de energía equivalente a cientos de miles de toneladas de petróleo. ¡La industria papelera es una de las más contaminantes!. Siempre que podáis, deberíais usar papel reciclado y no blanqueado con cloro.Y ¿¡qué decir de los plásticos!? ¡Que nos han invadido!. La industria del plástico gana fortunas y la vida pierde maravillas. El problema principal es que, hoy día, esta industria nos ha comido el coco de tal manera que se usan plásticos para las cosas más inapropiadas. Se consumen anualmente entre 500 billones y un trillón de bolsas de plástico en el mundo. Plásticos de larga vida que son usados para ir del supermercado a casa e inmediatamente tirados a la basura y mezclados con los demás residuos. Y el plástico puede durar, como tal, siglos. ¡Es inmortal!. Pero ¿qué vida útil le dimos? ¿tal vez unos minutos, una hora o dos?. Para fabricarlo se usó petróleo y va a estar contaminando en esta vida hasta mucho después de que nosotros desaparezcamos. Sólo por una hora o dos de uso.¿Vísteis alguna vez una estampa más vergonzosa? Pues es una cala mallorquina. El 90% de las basuras incontroladas son plásticos, sobre todo envases. Los mares están invadidos de envases, de restos de plásticos corroídos. Además de dar una horrible imagen, los plásticos son ingeridos
accidentalmente por la fauna marina, que, evidentemente, muere. Pero no es un caso puntual; son miles las tortugas, delfines, ballenas, aves, que mueren por esta causa. Las tortugas marinas, que zampan grandes cantidades de medusas, sobre todo la enorme tortuga laúd, pues constituyen su dieta principal, confunden los plásticos con su merienda, y mueren asfixiadas al tragarlos o debido a terribles problemas digestivos y obstrucciones.









Para que vosotros mismos, comprobéis cómo se puede confundir un plástico con una medusa, os ponemos un ejemplo. La primera foto es una bolsa de plástico normal y corriente, flotando. La segunda, una medusa.
Además, el plástico se descompone y envenena las aguas y toda la cadena alimenticia, porque es consumido por los peces cuando se ha ido destruyendo en micropartículas. En la foto, también tomada en las Islas Baleares, podéis ver cómo el mar va corroyendo poco a poco el plástico hasta convertirlo en pequeños trocitos que flotan por todas partes y que son, a nuestro parecer, un asco.
En esta foto os mostramos un auténtico “vómito marino”. El mar vomita, literalmente, toda esta inmundicia que le echamos sin ninguna consideración.
Aquí una imagen típica de una cala en Mallorca. Lo sorprendente es que los turistas del Mediterráneo tienen la dañina costumbre de quejarse cuando hay “algas”, que son las que hojas de poseidonea oceanica (que, además, no es un alga), fundamentales para la protección de las playas y la ecología de la costa mediterránea, pero no se quejan cuando la playa está llena de plásticos. Estamos intentando estudiar la etología del turista para llegar a comprender estos parámetros de conducta tan extraños y autolesivos para ellos mismos (ya explicaremos en otro artículo más cosas sobre este punto).
Estos plásticos son sólo una ínfima parte de lo que en el mar se queda, pues son los que han conseguido llegar a la costa flotando después de un invariablemente largo viaje. Pero muchos, muchísimos, millones y millones de toneladas, viajan por todos los mares del mundo para ir buscando sitio en los fondos marinos y empezar a contaminar por tiempo indefinido.
Sobre la distancia del viaje nos hablan los percebes que han crecido en esa bota.

O este contaminante bote de spray
proveniente de Grecia y que encontramos en una cala de Mallorca.

O este envase de leche italina que ha sido capaz de arribar a las playas de Mallorca posiblemente desde allá.

O este tóxico insecticida proveniente de Francia y que también encontramos en una cala de Mallorca.
El plástico tiene componentes, como el cadmio, que van filtrándose, también, en la tierra hasta contaminar las aguas subterráneas, cosa que, de hecho, ocurre. Cada persona consume, sólo en España, unos 50 kg de plástico al año, lo que significan millones de toneladas. Menos del 1% se recicla, desgraciadamente. Reciclar los plásticos cuesta más de 125 veces más caro que fabricar otros nuevos. Reciclando dos toneladas de plástico se ahorra una tonelada de petróleo. Pero, en vista de lo dicho, lo que debemos hacer es usar lo más posible bolsas de tela o cestas, como hacíamos hace años, antes de que nos invadiese la industria del polietileno. ¿Habéis encontrado ya suficientes motivos para no utilizar bolsas y envases innecesariamente? ¿para reutilizarlos siempre que sea posible? ¿para reciclarlos una vez desechados?.
No olvidéis nunca de recordar que sois los responsables de su destino final.
Continuará…