A principios de año, hubo un
varamiento de varios cachalotes en Texel, en el Mar de Wadden, una zona
intermareal del mar del Norte, en Holanda. Días después, aparecieron doce
cachalotes varados en las costas de las islas alemanas de Wangerroge y
Helgoland y la isla holandesa de Texel. Seguidamente, aparecieron otros cinco
en tres puntos de la costa este de Inglaterra a finales de enero. El mayor
varamiento de cachalotes en Inglaterra jamás conocido. Después, en Alemania vararon dos cachalotes
más y otro en el norte de Francia y otro más en Inglaterra. Hace 4 días vararon
nueve cachalotes más.
En total ya son 29 cachalotes varados
en el Mar del Norte en enero y febrero. Es un varamiento internacional,
totalmente desconocido y muy extraño.
Los cachalotes hembras suelen quedarse en aguas tropicales y subtropicales todo el año, con las crías. Los machos, en cambio, viajan a altas latitudes en el invierno en grupos de solteros o solitariamente. Se cree que estos ejemplares son miembros de un mismo gran grupo de jóvenes machos que migrando al sur desde aguas árticas, se hubieran desviado o desorientado por causas desconocidas. Deberían haber ido un poco más hacia el Oeste, hacia el Atlántico abierto, pero parece que han bajado por Noruega y entrado en su trampa mortal, el Mar del Norte, que es un mar poco profundo y escaso en calamares, que es su principal alimento. En las necropsias se ha descubierto que tenían el estómago vacío desde hacía tiempo. Allí no encontrarían alimento, quedarían desnutridos y desorientados. La desnutrición, con origen en diversas causas, y el consiguiente debilitamiento, lleva a varamientos en muchas ocasiones, y en esta puede haber sucedido así. Además de la falta de alimento, es posible que la poca profundidad de las aguas de este mar les pueda llevar a un mal uso de la ecolocalización y puedan entrar en zonas peligrosas.
Los cachalotes hembras suelen quedarse en aguas tropicales y subtropicales todo el año, con las crías. Los machos, en cambio, viajan a altas latitudes en el invierno en grupos de solteros o solitariamente. Se cree que estos ejemplares son miembros de un mismo gran grupo de jóvenes machos que migrando al sur desde aguas árticas, se hubieran desviado o desorientado por causas desconocidas. Deberían haber ido un poco más hacia el Oeste, hacia el Atlántico abierto, pero parece que han bajado por Noruega y entrado en su trampa mortal, el Mar del Norte, que es un mar poco profundo y escaso en calamares, que es su principal alimento. En las necropsias se ha descubierto que tenían el estómago vacío desde hacía tiempo. Allí no encontrarían alimento, quedarían desnutridos y desorientados. La desnutrición, con origen en diversas causas, y el consiguiente debilitamiento, lleva a varamientos en muchas ocasiones, y en esta puede haber sucedido así. Además de la falta de alimento, es posible que la poca profundidad de las aguas de este mar les pueda llevar a un mal uso de la ecolocalización y puedan entrar en zonas peligrosas.
¿Por qué llegaron al Mar del Norte?
Se desconoce la razón. ¿Entraron juntos y vararon en grupos? ¿Entraron por
separado? ¿Cuáles serían las causas en uno u otro caso? Son preguntas sin respuestas.
Las prospecciones petrolíferas y las pruebas
militares son causa directa común de muchos varamientos puesto que provocan vibraciones
que afectan a su sistema de ecolocalización y les lleva a desorientarse y a
perder la capacidad de alimentarse, también. Parece ser que ha habido mucha
actividad de submarinos rusos y barcos de guerra por Europa y por Inglaterra en
el último año y a menudo este repunte de actividad militar submarina se
correlaciona directamente con varamientos masivos de cetáceos, como conocemos
de cerca por diferentes años en Canarias. Se puede hipotetizar sobre sonar
militares y también variaciones en las aguas debido al cambio climático;
cualquier posibilidad que haya podido interferir con su sistema de
ecolocalización. Pero no se sabe a ciencia cierta. Puede estar detrás de la
causa un virus debido a un sistema inmunitario deprimido por la contaminación
de las aguas.
De todos modos, parece que hay
registros de hace cientos de años de antigüedad varamientos de cachalotes en la
región. En el s.XVIII entraron 6 cachalotes, posiblemente también machos
jóvenes, en el río Támesis, desorientados, donde murieron. Después del s.XIX
hubo muchos menos varamientos pero es que las poblaciones de cachalotes sufrían
la sangrienta persecución ballenera. Algunos especialistas optimistas lo ven
como una posible señal de la recuperación de sus poblaciones.
David Nieto Maceín
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