MATAR PREDADORES AUMENTA EL CONFLICTO CON HUMANOS; NO PROTEGE AL GANADO.


Hace medio siglo, los pumas fueron declarados especie cinegética en una decena de estados occidentales de USA, lo que provocó el exterminio de decenas de miles de estos grandes felinos por parte de cazadores deportivos. Desde entonces, la masacre ha aumentado, con más de 3.200 pumas asesinados cada año. 
Como en España con el lobo, la Administración ha utilizado el argumento de que la caza es necesaria para controlar la población de pumas y así reducir los daños que estos pueden producir sobre el ganado e incluso, como dicen los cazadores, sobre los ciervos. 
Un estudio científico y revisado ha comprobado que esto no sólo es falso sino que significa todo lo contrario. Sus autores, el PhD. J.W.Laundré y C.M.Papouchis, demuestran que en California, donde no ha habido una caza deportiva de pumas durante ese periodo de tiempo, no tiene una densidad de pumas mayor ni mayores conflictos con humanos, ni más daños sobre el ganado o las densidades de ciervos más bajas. 
Analizando los datos de más de dos décadas, han descubierto que en California hay una densidad menor de pumas pero más sana. Tiene una tasa de conflictos con humanos mucho más bajas y sus densidades de ciervos son de las más altas de todo el occidente americano. 
Después de haber estado matando pumas por ocio durante más de 40 años, los estados occidentales no han logrado reducir los daños, como argumentaban para promover la caza. Lo que ha producido la caza es un efecto contrario. En Oregón, los datos han mostrado que cuantos más pumas se mataban, más aumentaba su población. En Utah y Washington, donde se mataron más pumas, ha sido donde los conflictos han ido aumentando progresivamente. En varios estados se ha correlacionado la cantidad de pumas matados con el aumento de los daños al ganado y han disminuido los ciervos. 



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