LA TRAGEDIA DE LAS ORCAS VIAJERAS. DE ISLANDIA AL MEDITERRÁNEO


En el mes de noviembre de 2019, una familia de orcas, compuesta por un macho, una hembra con su cría pequeña y un ejemplar juvenil, apareció inesperadamente en Cartagena, Murcia. Las noticias decían que era el primer registro en la historia en Murcia, que la zona más cercana de avistamiento hasta el momento había sido Málaga. 

Al principio se dio por hecho que era un grupo de orcas de las que habitualmente se mueven en el Estrecho.
Lo cierto es que las orcas siempre han aparecido en aguas de Cádiz siguiendo la migración de los grandes atunes rojos, a los que capturaban en el Estrecho. En la antigüedad, las orcas llegaban hasta el mismísimo Mar Negro como cuenta Plinio El Viejo en el siglo I. Mario Morcillo decía que las orcas tenían que llegar cada año al mar balear siguiendo a los atunes con toda seguridad. Y ciertamente teníamos algunas citas de orcas en aguas de Menorca no recuerdo ahora si de los años 80. Hace quizás un par de años se avistó al menos una orca en aguas abiertas en el mar balear. El caso es que si las orcas atraviesan el mar de Alborán para adentrarse más en el Mediterráneo pero lo hacen por alta mar, lo más probable es que siempre pasen desapercibidas. 

Días después de esta aparición, que fue catalogada como "excepcional", en aguas de Cartagena, la familia de orcas fue avistada en el mar balear y posteriormente apareció ya bien dentro del Mediterráneo, en el Estrecho de Messina, entre la Italia continental y Sicilia, y más tarde en aguas de Génova, a 800 km. Desde 1985 no se habían visto orcas en aguas italianas (en un siglo sólo ha habido 30 citas de orcas en dichas aguas y se supone que serían orcas del Estrecho aventurándose hacia el interior del Mediterráneo, posiblemente siguiendo a los bancos de atunes).  

Gracias al archivo de fotoidentificación por medio de aletas dorsales, se pudo saber de qué ejemplares se trataba, lo que fue un descubrimiento maravilloso. Se trataba del macho SN113, apodado "Riptide", SN116, "Aquamarin", y de la hembra SN114, bautizada ahora como "Zena" (Génova en dialecto genovés), acompañada de su cría y otro juvenil que fue visto en Islandia como cría dos años antes. Y se descubrió que estaba con ellos SN115, "Dropi". 
En la imagen, SN114 con su cría de 2017, que ahora era ya más mayorcina. 

Lo maravilloso fue que estas orcas habían sido identificadas y catalogadas en Islandia hacía 5 años y esto lo convertía en el primer registro de orcas que se habían desplazado de Islandia al corazón del Mediterráneo, lo que significaba también el viaje más largo registrado en el mundo, con más de 5.200 km si se traza una línea recta en el mapa (la distancia recorrida es mucho mayor). 

La desgracia sobrevino pronto. La cría murió en Italia, por falta de alimento. La madre estuvo transportando a su cría durante una semana. En la imagen, la madre porta a su cría muerta.

No se sabe por qué razón, se quedaron en el Puerto de Génova bastantes días. Poco a poco fueron perdiendo peso a pesar de que se las veía salir y nadar entre bancos de pescado, lo que hacía suponer que se estaban alimentando. Ayer me contaron que, finalmente, toda la familia de orcas ha muerto en aguas libanesas. Una auténtica desgracia. 

¿Qué llevó a aquella familia de orcas a adentrarse en aguas del Mediterráneo? ¿Estaban perdidas? ¿Por qué entraron en esta época cuando el grueso de los atunes rojos aparentemente no están en el Mediterráneo? ¿Es cierto que los atunes rojos, debido a la gestión que se hace o a otros factores antrópicos, están más presentes en el Mediterráneo aún en esta época? ¿Tiene esto algo que ver? Se sospecha que esta familia viajaría desde Islandia al Estrecho, pero no se sabe por qué razón continuaría su viaje hacia el interior del Mediterráneo con ese trágico destino. Las orcas de Islandia suelen moverse por aguas islandesas, llegando algunos individuos hasta Noruega o norte de Inglaterra, pero no se había visto semejante viaje nunca. 
En la imagen, Riptide, el macho, en aguas libanesas. 

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