NÓMADAS DEL VIENTO. CONTRA EL PARANY.

Se asoma el otoño y llegan a España millones de aves provenientes de Europa del Norte. Llegan como un regalo del otoño para convertirlo en una segunda primavera. Cuando las horas de luz comienzan a escasear en la tierra que las vió nacer, se dirigen al sur, bajo necesidad imperiosa, como lo hicieron sus antepasados desde la noche de los tiempos.
Se nos llena el campo del canto melodioso de los petirrojos y del silbido de los zorzales. Mientras os escribo esto, los cantos de petirrojos llegados de Europa entran por la ventana alegrando mi estancia. Llegaron la semana pasada tras un viaje a través del mar. España se encuentra en un lugar privilegiado pues está a caballo entre el frío y el calor extremos, un punto ideal de recalada invernal. Pero también de cría primaveral.
Hay aves que crían y nacen en España y prefieren pasar nuestro invierno en el África tropical, y hay otras que crían en las ricas zonas de las tundras y taigas de Suecia y vienen a España a pasar el insoportable invierno ártico.
Cada viaje es diferente. Las hay que van de sur a norte, las hay que de este a oeste. Las hay que migran de día y las hay que prefieren la noche. Las de corta distancia viajan sólo al amanecer, como las alondras y las bisbitas, 200 km en 4 o 5 horas, en 4 o 5 etapas.
Las golondrinas descansan durante la noche en los cañaverales (como este de la Albufera de Mallorca) y por el día viajan. Antes de partir, se reúnen en los cañaverales o las vemos posadas, comúnmente, sobre cables de la luz. La imagen siguiente es del mes pasado, justo antes de su partida. Viajarán en grupos y las menos fuertes y resistentes morirán en el mar. A veces, cuando navegas en medio del océano, te encuentras aves migratorias perdidas. Algunas hacen una parada a bordo para reposar y luego continuar su perdido rumbo. Otras tienen suerte y continúan el viaje cuando se avista tierra. Este fue el caso de este avión que se posó, cansado y perdido, en un barco que nos llevaba por el Atlántico en Senegal. Los petirrojos y los estorninos suelen viajar de noche, aunque en el Norte viajan por el día.
Hay aves que no paran a descansar y hacen una o dos etapas del tirón. El carricerín, por ejemplo, lleva un 100% de su peso extra en grasa para hacer más de 3000 km en 3 o 4 días ¡sin escalas!.
La curruca mosquitera pesa tan sólo 12 gramos. Acumula 4 gramos de grasa para poder llegar a España desde Gran Bretaña atravesando el golfo de Vizcaya. En España hace una parada para engordar 10 gramos más y poder continuar un viaje épico que la llevará a atravesar la Península Ibérica, el Estrecho de Gibraltar y el norte de África, hasta el borde del Sáhara. Esto lo hará en tan sólo 3 días. Entonces, hará una nueva parada para reponerse y poder atravesar el desierto entero hasta el Sahel y las sabanas africanas donde pasará el invierno. En primavera tendrá que haber cogido mucho peso, hasta un 100% sobre el peso normal, para poder atravesar el Sáhara de un tirón ¡con el viento en contra!. Hará la impresionante hazaña de recorrer 4.000 km en 5 días sin viento de apoyo.
Hay aves que vuelan muy alto durante la noche, y se las puede ver en el disco de la luna, lo que utilizamos para censar su paso.
Las más ahorrativas usan las corrientes térmicas del día, volando a gran altura y planeando de una térmica a otra.
Las cigüeñas pueden volar a casi 5000 metros de altura. Las avefrías, que normalmente vuelan bajo, pueden llegar a casi 4.000 metros. El zorzal real sobrepasa los 3.000 metros y el vencejo a 2.000 metros.
Otro día podríamos hablar de los nómadas del viento, pero hoy lo que queríamos era llamar la atención sobre una terrible desgracia con la que se encuentran muchos de estos visitantes que vienen a alegrarnos el otoño y el invierno.
Los zorzales, que vienen desde Suecia y otros países norteños a pasar un mejor invierno, aparecen de pronto en los bosques mediterráneos y los llenan de vida con su vuelo fugaz y su silbido característico. Pero... tras este inmenso viaje en el que quieren encontrar mejor vida, a menudo encuentran una muerte horrorosa. Por un lado, un ingente ejército de cazadores les esperan escondidos en la maleza para disparar su plomo sobre sus cuerpos ágiles y llenos de vida. Por otro, en la Comunidad Valenciana, existe una costumbre FURTIVA que es absolutamente CONDENABLE: el Parany, liga o barraca.
El Parany es un método de captura no selectivo que se usa sobre todo en Cataluña, País Valenciano e incluso Aragón y que mata a todo tipo de pájaros y además de forma lenta y agonizante. Se trata de un pegamento colocado estratégicamente en unas ramas a las que son atraídas las aves por medio de reclamos. Su plumaje queda lleno de pegamento que les impide volar, y caen al suelo. Ya no tienen solución. Posteriormente, el hombre ejecutor les aplastará el cráneo. Cada año mueren así 500.000 a 1.000.000 de zorzales y cientos de miles de otras especies, especialmente petirrojos.
Según SEO, cada 7 segundos muere un ave ilegalmente en España. En 2011, morirán más de 4.500.000 de aves.
AUNQUE ALGUNOS DIGAN QUE ESTÁ PERMITIDO, ES FALSO: SE TRATA DE UN MÉTODO DE CAZA FURTIVA TOTALMENTE PROHIBIDO.
Referencias por si os preguntan:
Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (sentencia 517/2002)
Tribunal Supremo (sentencia 21/9/2005)
Tribunal de Justicia de la UE (9/12/2004). Tribunal de Luxemburgo art. 13,2,c de Ley de Caza.
Directiva de Aves Silvestres

Pero más de 1500 paranys se siguen colocando AHORA MISMO sobre todo en Castellón y Valencia, toleradas por las autoridades que deberían poner cartas en el asunto. ¡En 2004 España fue condenada por el Tribunal de Justicia de la UE por permitir el parany en la Comunidad Valenciana!
SEO ha preparado una campaña de denuncia. Si sabéis de algún caso de furtivismo de este tipo, no dudéis en entrar en la página. SEO lo ha puesto fácil para que, a través de la página, podáis denunciar los hechos. La página es http://www.cazailegalaves.es/




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