Un hombre envenenando su huerto familiar. ¿Es necesario? NO, es absolutamente innecesario. Es absolutamente injustificable. Los grandes negocios multinacionales industriales, sin escrúpulos, nos hicieron creer en las benevolencias de los pesticidas. Todo falso. Hasta los años 40 nadie usó venenos de este tipo. Fue entonces cuando descubrieron el DDT. Quien lo hizo, irónicamente, recibió el Premio Nobel de Medicina. Parece un sarcasmo, cuando el DDT envenenó todo el Planeta. Durante las siguientes décadas, se rociaron todos los cultivos con esta potente ponzoña. Hasta que se descubrió su malignidad y se prohibió en 1972. A esto contribuyó, en gran medida, la bióloga estadounidense Rachel Carson que, en 1962, dos años antes de fallecer por cáncer, publicó un libro que fue un hito de la ecología mundial: Primavera Silenciosa. El DDT fue considerado un cancerígeno potencial para el hombre, produce daños en el sistema inmune, nervioso y reproductivo y perturba el desarrollo de fetos y lactantes. ¿Había terminado con las plagas? ¡¡Ni muchísimo menos!! ¡¡Pero nos había contaminado a todos!! Tanto es así que hasta en todas los eslabones de la cadena trófica del Ártico se ha descubierto el DDT y se encuentra en el sedimento de lagos y ríos. Altamente tóxico y volátil, se evapora y desplaza a grandes distancias, siendo persistente y bioacumulativo.
Aquél libro de Rachel Carson fue un best séller y el inicio de la lucha medioambiental pero ¿lo conocíais?. Quizás no, porque, la industria interesada, llevó a cabo una miserable campaña para silenciarla. El DDT es el más terriblemente perverso de los hidrocarburos clorados utilizados para los cultivos. Pero las plagas se hicieron resistentes mientras los humanos morían y mueren de cánceres. Hoy día hay un montón de pesticidas en uso y, prácticamente la mitad de ellos, están compuestos de sustancias altamente peligrosas para todo ser vivo. La empresa Bayer fabrica productos terribles e, incluso, hay estudios que señalan sus ponzoñas como las responsables del misterioso mal que afecta a las abejas por todo el planeta. Según Greenpeace, después de Bayer, las empresas más contaminantes son Syngenta, Monsanto (con la mayor proporción de venenos dañinos, especialmente herbicidas), BASF y Dow Chemical. Entre todas acaparan el 75% del mercado. ¡Los residuos de estos venenos son, a menudo, indetectables en los alimentos, y se encuentran en el 42% de los alimentos del mercado!
David Nieto Maceín.
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