
SIRENAS DE MARES Y RÍOS

Hay un grupo de mamíferos marinos que son mucho más desconocidos que los cetáceos (delfines, ballenas...) o los pinnípedos (focas, leones marinos...); se trata de los sirénidos (manatíes y dugongos), que son animales lentos y pesados que nunca salen de las aguas, muy tímidos y difíciles de observar, totalmente vegetarianos, sumamente pacíficos -no pelean jamás ni entre ellos mismos- y amantes de la tranquilidad. Se les conoce también como "vacas marinas" y sus parientes más cercanos son, sorprendentemente, ¡los elefantes!, con los que comparten características únicas (un corazón dividido, falta de glándulas sudoríparas, reemplazode dientes...). Al igual que delfines y ballenas, son animales que "regresaron" (hablando a escala evolutiva) al medio acuático.
Los dugongos son marinos pero los manatíes también viven en estuarios y ríos tropicales de aguas lentas. Hay 3 especies de manatíes: el de Florida y Caribe (que son dos subespecies), el de Amazonas (que cuenta con una subespecie más, miniatura), y el de África, del que trata nuestra historia de hoy. Éste puede medir 4 metros y pesar media tonelada.

EL PRIMATE HUMANO Y LOS SIRÉNIDOS
Son especies muy antiguas que llevan en el planeta desde la época de los dinosaurios. Pero, como siempre, en cuanto el primate humano rompió su armonía con la Madre Naturaleza, dejó maltrechas sus poblaciones con matanzas absurdas, e incluso fue exterminada totalmente una especie que vivía en el estrecho de Bering ¡tan sólo 27 años después de su descubrimiento!. Fue descubrirla y empezar a machacarla. Pobre vaca marina de Steller, vio aparecer al ser humano y no pudo defenderse contra su monstruosidad.



LA OPERACIÓN DE RESCATE.

Wetlands International y la ong Oceanium de Senegal pidieron ayuda urgente. Acudieron el Servicio de Parques Nacionales y la Sociedad de Gestión Hidrológica del río, la Agencia de Cooperación Internacional al Desarrollo, la Fundación CBD-Hábitat y Wildlife Trust de Florida.
Pero me gustaría destacar, sobre todo, el que las autoridades locales y la población de los pueblos cercanos, se implicaron con su ayuda incondicional. Se movilizaron 6 pueblos. Lo más bonito es que, después de ello, los habitantes no sólo han comprendido por qué se deben proteger los manatíes, sino que además se han comprometido más aún poniendo en marcha un sistema de vigilancia para localizar más manatíes amenazados por la bajada de las aguas (no son fáciles de localizar).
Fueron liberados en el río principal, a 3 km. Por lo visto, hay más manatíes atrapados en brazos de inundación, por lo que se trabaja en planes de ayuda para cuando comiencen a secarse.