ABEJITA ROJA Y EL ABEJARUCO FEROZ


Cuando parecía que todo lo habíamos visto en cuanto a oportunismo del sector ganadero, nos encontramos con que cierto sector de la apicultura extremeña exige controlar la población de abejarucos por supuestos daños a sus colmenas. Traspasa los límites de lo absurdo, lo inmoral, lo descarado e insolente, de la indecencia, de la codicia, del oportunismo, de la patraña y la calumnia.

LA VERDADERA AMENAZA: PESTICIDAS

Llevamos años asistiendo a la pérdida masiva de abejas debido principalmente a los químicos utilizados en la agricultura y que nos aniquila a todos los seres vivos y seguramente sean causa de muchos de los cánceres de nos aquejan. Estos químicos, pesticidas en su mayor parte, no afectan sólo a las abejas de la miel sino también a otras miles de especies de abejas que existen en la naturaleza y que no tienen “gestión ganadera”, además de al resto de los insectos que son básicos en las cadenas tróficas.
Los insecticidas neonicotinoides, los fungicidas y los herbicidas son una terrible amenaza para estos insectos, lo que se suma a la constante degradación y destrucción de los hábitats naturales. Esas son las amenazas reales de las abejas. En un país amenazado por la desertización en un clima que se calienta, observamos boquiabiertos, por ejemplo, cómo los incendios provocados por oscuros intereses continúan devorando los bosques, los montes, la vida, creando más zonas desiertas. Esas son verdaderas amenazas para las abejas. También el manejo ganadero de las abejas de la miel ha provocado la introducción artificial de parásitos y enfermedades alóctonas que han conllevado un daño inconmensurable.  

Diversos científicos mundiales han apuntado que el problema de la pérdida masiva de colonias de abejas (lo que se ha dado en llamar “Desorden de Colapso de Colonias, CCD”) se puede deber a la pérdida de variedad en la dieta de las abejas por la pérdida de la diversidad de plantas que necesitan para fortalecer el sistema inmunitario y que usan para esterilizar el alimento en las colmenas. En USA, donde el problema ha sido mucho mayor y se ha invertido mucho en investigación, se ha sospechado también que la pérdida de la diversidad de especies de abejas podría estar detrás del problema. Pero el profesor Randolf Mendel demostró cómo la exposición a pesticidas neonicotinoides como el Imidacloprid (prohibido en Alemania desde hace años por ser nocivo para las abejas) y otros insecticidas de este tipo trastoca el sistema nervioso y el sentido de la orientación de las abejas. Hay más de 300 insecticidas desastrosos para las abejas.


EL ABEJARUCO

Los apicultores extremeños se han estado quejando por la presencia de abejarucos en los alrededores de sus explotaciones y han elevado una queja a la Junta de Extremadura, que ha anunciado una autorización de controles de estas aves. ASAJA habla de pérdidas del 40% de miel. Hablan de “devastación”, de que los abejarucos “aniquilan” las colmenas. Nadie habla de los miles de toneladas de venenos para los cultivos que, en Extremadura por ejemplo, se echan con métodos aéreos (dimetoato para la mosca del olivo, muy tóxico para las abejas y que hasta la propia Junta de Extremadura recomendó no usarlo precisamente por eso). Aunque la propia Junta ha recomendado el uso de mallas de sombreo y protecciones laterales con redes para evitar “ataques”, no se tiene en cuenta habitualmente.

El abejaruco está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en la Lista Roja Europea, por lo que es una especie PROTEGIDA a nivel europeo. Ni España ni mucho menos una Comunidad Autónoma puede decidir controles sobre esta especie a la ligera.

La conclusión de un estudio de la Universidad de Extremadura, dice que “Los ataques producidos por los abejarucos en el entorno de las colmenas seleccionadas son puntuales y por lo tanto supeditados a un efecto claramente local.” El estudio demostró que los “ataques” se dan solo a partir de la última quincena de julio (cuando los pollos salen del nido) y, principalmente, en agosto (cuando se reúnen para el viaje migratorio). La incidencia fue anecdótica y prácticamente reducida a las primeras horas de la mañana.

Se comprobó que la dieta de los abejarucos se compone de al menos 165 especies de insectos, entre las que destacan numerosas especies de himenópteros (avispas y abejas, de las que en España hay más de un millar de especies), escarabajos y dípteros, representando las abejas melíferas, en los meses de julio/agosto, el periodo de máxima incidencia, el 58-68%, dependiendo de condiciones climáticas del año, que permiten mayor o menor abundancia de otros insectos voladores.

En otros estudios se ha comprobado la existencia de abejas en la dieta (recordando que la abeja melífera es sólo una especie de entre las más de mil especies silvestres que habitan en la península) y avispas, además de escarabajos, moscas y chinches, libélulas, saltamontes, tijeretas, mariposas... En épocas de sequía, con menor presencia de otros insectos, puede buscar más la abeja melífera por su concentración especial. Pero, en sus capturas alrededor de los colmenares, cazan muchas avispas depredadoras de abejas también. Curiosamente, en un estudio en el que se analizó la alimentación de abejarucos que habitaban en los alrededores de colmenares, no se encontraron abejas en su dieta. Aunque algunos estudios antiguos hablan de una mayor incidencia, esto no está comprobado (según un estudio de la Universidad de Extremadura en 2006, el 66% de las presas eran himenópteros destacando la abeja melífera, que podría representar el 77% en el mes de agosto).

El que la dieta del abejaruco se componga de abejas en ese porcentaje podría suponer que consumiesen un máximo de un 2% de los colmenares más afectados y sólo en julio-agosto.

Sugieren algunos que los abejarucos tendrían preferencia por las abejas reina, por su mayor tamaño y lento vuelo nupcial. Pero los zánganos y las pecoreadoras viejas tienen vuelos más lentos. Sugieren que el gran problema es que las abejas, al detectar a los abejarucos, no salen de las colmenas, por lo que no acuden a beber y hay riesgo de calentamiento de las colmenas. Sobre estos puntos quiero hablar con un apicultor que trabaja “a favor de la abeja”.


¿FICCIÓN O REALIDAD? ENTREVISTA

José Paredes es apicultor y un estudioso del tema que, con el sello “Masía de Roures” en la provincia de Teruel, tiene una pequeña explotación, respetuosa con las abejas y el medio ambiente y le he preguntado sobre su experiencia con abejarucos.

David: No sé si has visto que los apicultores extremeños exigen control de los abejarucos, que dicen que les causan muchos daños en las colmenas.

José: Sí, y me parece increíblemente absurdo. Todas las tardes vienen los abejarucos a mis colmenas y no he notado para nada bajas en las abejas. De todas formas, un apicultor de mi zona dijo que había matado un abejaruco y que en el estómago le había encontrado 300 abejas, lo cual es una mentira absolutamente absurda. Yo disfruto viendo a los abejarucos todas las tardes sobre los colmenares. Pasan un rato y se van. No tengo absolutamente ningún daño en las colmenas. Su incidencia con el consumo que hacen de abejas, es evidentemente nula para los colmenares. Los insectos polinizadores están disminuyendo también en otros países donde no hay abejarucos y los abejarucos han estado siempre ahí y nunca han sido un problema para la apicultura. 

David: Los apicultores que se quejan dicen que el riesgo más peligroso es que los abejarucos capturen las reinas en su vuelo nupcial. ¿Qué hay de cierto en esto?

José: El vuelo nupcial sucede una vez al año, principalmente en marzo, como muy tarde abril, con la salida de la primera puesta, por lo tanto no puede ser verdad porque la incidencia de los abejarucos es en verano. Además, la reina sólo sale cuando es nueva y necesita que la fertilicen. Cuando se produce un cambio de reina, la vieja sale con un enjambre y se va a otro sitio. La nueva sale en el baile nupcial y enseguida atrae a una nube impresionante de zánganos, y una vez fecundada regresa a la colmena y no sale más. Capturar a la reina entre cientos de miles de zánganos sería más que una casualidad dificilísima. Está cubierta de zánganos, así que es prácticamente imposible. De todas formas, esto sucede cuando los abejarucos aún no han llegado. En verano pueden producirse enjambres secundarios, pero entonces la reina que sale, sale completamente envuelta por el resto de abejas que la acompañarán, por lo que no hay forma de que sea capturada ya que está perfectamente defendida. 

David: Otra cosa que dicen es que las abejas, al detectar la presencia de los abejarucos, evitan salir y se quedan dentro, no saliendo a beber y arriesgando la ventilación de la colmena. Dicen que esto es un peligro muy grave.

José: No he notado absolutamente nada de eso y no he leído nada similar en ningún escrito o estudio de apicultura de ningún lugar del mundo. Cuando los apicultores franceses mencionan al abejaruco no lo ven como un enemigo a tener en cuenta. Además, los abejarucos no están todo el día; sólo están un rato por la mañana y otro rato por la tarde, en las horas más frescas del día.

David: Lo que me llama la atención es que le den tanto bombo a algo tan absurdo cuando están los pesticidas provocando tantísimo daño real en las abejas.

José: Ese es el verdadero peligro. Hay infinidad de estudios ya que han demostrado que todos los nuevos tipos de pesticidas, neonicotinoides, afectan directamente a la comunicación entre las abejas, a su capacidad reproductiva, a su capacidad de orientación, de vuelo… Y eso que los estudios se hacen siguiendo las condiciones que el fabricante de pesticidas indica como aptas, pero la mayoría de los agricultores no respeta esos límites. Y hay muy pocos estudios que se preocupen por el efecto combinado de distintos tóxicos y los que hay aseguran que la mezcla, que se produce siempre, es mucho más peligrosa que el efecto de cada tóxico de uno en uno.
A pesar de todo, me parece normal que en Extremadura le echen la culpa a los abejarucos, siguen una estrategia psicológica inconsciente de todos los mamíferos. Cuando alguien está frustrado por algo, echar la culpa, desahogarse con quien se tiene más cerca y parece más débil, es la forma más fácil de aliviar esa frustración. Pura ignorancia. Están viéndose afectadas muchas especies de insectos y esto está científicamente más que demostrado. No son las abejas por los abejarucos. Son todos los insectos, por los químicos agrícolas, las prácticas industriales, la polución y el cambio climático. Las abejas, cuando no encuentran flores, pecorean en cualquier cosa que sea dulce y tenga algo de agua. Yo las veo pecorear en cortezas de sandías que le echo a las gallinas, tú las viste pecoreando en los pulgones del peral… donde pueden. En Francia hubo una explotación que dio miel de colores porque las abejas se metían en una fábrica de caramelos con cubierta coloreada. Se envenenan por la mierda que echamos por todas partes. Los ríos y otras fuentes de agua, que ellas también necesitan, están contaminadas con disrruptores endocrinos, antibióticos, fungicidas, herbicidas y pesticidas. 

David: ¿Podría ser que la problemática del pequeño apicultor lleve a esa frustración y por tanto a buscar un cabeza de turco aunque sea sin sentido, como los ganaderos con el lobo?

José: Sí, ya lo hemos comentado. Además, cuando haces algo correcto a pequeña escala e intentas llevar esas prácticas de pequeña escala a nivel industrial, no compensa económicamente. Los pequeños apicultores podrían hacer lo que hago yo, preocuparse por las abejas y conseguir sólo la miel que se pueda. Pero eso no les compensa económicamente. Los productores artesanales sólo podemos vender localmente. Si quieres vender más tienes que industrializarte, tener registro sanitario, un local con cinco habitaciones grandes separadas con requisitos de higiene como si se tratase de lechería, cuarto de baño con grifos como en los quirófanos… en fin, una serie de cosas absurdas que cuestan un dineral que jamás vas a amortizar. Sólo las grandes empresas apícolas pueden y éstas viven no de tener abejas, sino de comprar la miel, a precios ridículos, a pequeños apicultores. Lo que se ha hecho ha sido aplicar legislación ganadera al apicultor. Todos los que practicamos apicultura como antes con unas condiciones mínimas de higiene para vender miel con seguridad, esperamos que España cumpla la exigencia europea que desde hace más de diez años tendría que cumplir, que es permitirnos desarrollar esta actividad como en Francia. Hace dos nos permitieron al fin vender con estas condiciones mínimas pero sólo a nivel local. Todavía esperamos la normativa específica, que luego dependerá de cada CCAA, por lo que el lío está asegurado. ¡Con la necesidad que hay de facilitar las cosas al apicultor!. En Francia no pasa lo que pasa en España.

Hay que insistir en que la apicultura industrial es, junto con los venenos y el cambio climático, el principal problema de las colmenas. La apicultura no puede ser negocio con los precios actuales de la miel, a menos que apliquemos aquello de seguir buscando pan para hoy, hambre para mañana. En mi explotación hemos conseguido el equilibrio, y ya sabes que vivo en pleno bosque junto a un parque natural, cuando las muchas plantaciones de flores silvestres que hemos realizado han comenzado a producir suficiente cantidad de flores. Desafortunadamente con el cambio climático también hay que regar, si no, aunque haya flores no hay suficiente néctar.

En la asociación de apicultores a la que pertenezco nos comentaban hace unas semanas lo sorprendidos que estaban porque en Extremadura el número de explotaciones apícolas había aumentado este año un 300%. Seguro que esto también tiene que ver con las quejas contra los abejarucos; mucho ignorante, bien intencionado o no, que se pone manos a la obra pensando que esto es más fácil que ordeñar una vaca, un negocio fácil y que, al final, solo puede llevar al desastre.
David Nieto Maceín.


1 comentario:

  1. Excelente entrevista. Comparto al 100 % que el principal problema está en el uso de pesticidas y en la producción a escala industrial. Si no hay cambio de mentalidad y fomentemos la alternativa al actual sistema agroalimentario, que invade nuestra sociedad capitalista, no conseguiremos nada.
    Aún así, la entrevista me sirve para ampliar debate y conocimiento en este sector desconocido hasta ahora para mí.
    Me gustaría que hablárais sobre la problemática de la avispa asiática que azota el Norte de la península actualmente. Si hay algún estudio sobre la pérdida de producción y el impacto que está teniendo en nuestro ecosistema como especie invasora.

    Gracias

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